Homilía De Apertura «Puerta Santa»

Catedral San Juan Bautista de la Estrada
“Entrar por la Puerta Santa significa descubrir la profundidad de la misericordia del Padre que acoge a todos y sale personalmente al encuentro de cada uno… Será un año para crecer en la convicción de la misericordia… Cruzar la puerta santa nos hace sentir partícipes de este misterio de amor”.
Dejemos que llegue la Palabra hasta lo profundo del corazón, dejemos que “goce” nuestra alma, que se alegre nuestro espíritu, ya no hay temor, Dios está contigo en medio de ti, es él mismo quien me salva. “él se goza y se complace en ti, te ama y se alegra con júbilo como en el día de la fiesta”. Escuchemos también a Pablo: “el señor está cerca”. Las preocupaciones desaparecen, estaremos alegres en el señor; el señor Jesús quiere contarnos quién es Dios y cuánto nos ama: con la oveja perdida, la moneda extraviada a una mujer y la del padre misericordioso, padre de dos hijos tan diferentes se nos presenta un Dios alegre, y mucho más alegre cuando perdona. Aquí encontramos el núcleo del Evangelio y de nuestra fe. Recordemos que hay que perdonar “setenta veces siete”; es este el criterio de los seguidores de Jesús: vivir la misericordia porque se nos dio primero a nosotros; el perdón es el instrumento puesto en nuestra vida para alcanzar la paz del corazón. “dichosos los misericordiosos porque encontraran misericordia” Dios no teoriza sobre el amor, lo hace visible y tangible; Dios desea siempre nuestro bien, quiere vernos felices. “como Él es misericordioso, así estamos nosotros llamados a ser misericordiosos los unos con los otros. “El que tenga dos túnicas, que se las reparta con el que no tiene; y el que tenga comida haga lo mismo, es esta la invitación de Juan el Bautista para preparar la venida del Mesías.
Juan el Bautista cuyo nombre y patrocinio lleva nuestra catedral, desde el seno materno saltó para anunciar la presencia del salvador. Luego en su predicación anuncia a aquel que viene después de él y al bautizar a Jesús se abren los cielos, el Espíritu Santo desciende en forma visible y Jesús es proclamado hijo amado del padre. Juan es el último y el más grande de todos los profetas; ahora llega el Mesías. Juan anuncia al que está por venir y nos exhorta al arrepentimiento; “te llamarán profeta del altísimo, irás delante del Señor, anuncias la salvación y el perdón de los pecados. Juan pide el arrepentimiento, nos invita a prepararnos para la fiesta de la navidad del Señor, nos llama a la conversión.
“Mirad a vuestro Dios que trae el desquite viene en persona, resarcirá y os salvará” “consolad a mi pueblo, habladle al corazón, gritadle: tu crimen está pagado”. “estad siempre alegres en el señor; os lo repito estad alegres. El Señor está cerca”.
Escuchar la Palabra de Dios, y recuperar el valor del silencio nos permitirá contemplar la misericordia de Dios y asumirla como propio estilo de vida. En este año de misericordia nuestro compromiso es curar heridas, aliviarlas, vendarlas. Que el grito de los que sufren se vuelva el nuestro. Este Año Santo lleva consigo la riqueza de la misión de Jesús: anunciar la liberación a todos los prisioneros de todas las esclavitudes, volver a dar dignidad a cuantos han sido privados de ella. “la palabra del perdón llegará a todos y la llamada a experimentar la misericordia debe cambiar nuestra vida”. En nuestra Diócesis como gracia especial hemos podido abrir esta Puerta Santa con un compromiso para hacer de nuestra ciudad una ciudad de misericordia en donde las pequeñas comunidades misioneras y fraternas sean testimonio de una Iglesia en compromiso creciente, que experimente una fuerza renovadora en el Espíritu.
Suplicamos a la Madre de la Misericordia, a Santa María Virgen, que el primer testimonio de conversión lo demos nosotros los sacerdotes y que nuestros agentes de pastoral comprometidos en el plan diocesano de hacer una ciudad misericordiosa nos haga sensibles al dolor de los hermanos que más sufren.
Bogotá, D.C. 11 de diciembre de 2015
+ Francisco Antonio Nieto Súa
Obispo de Engativá
Una respuesta
Agradezco inmensamente la preparaciòn de la catedral, y toda la ceremonia de apertura de la Puerta Santa, para el inicio del Jubileo de la Misericordia en nuestra Diòcesis, grandiosa y muy profunda; genial hacer màs invitaciones para mayor integraciòn de las diferentes parroquias; serìa bueno conocer que casas de la tercera edad o ancianatos hay en la diòcesis a fin de cumplir con las obras de la misericordia con los màs olvidados, los màs desvalidos, nuestros ancianos.
Mil gracias.
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